Conociendo Dónde vive Wurny
En vista de que no venden una máquina del tiempo en la tienda de la esquina, entonces todos vamos a dejar que sea nuestra mente la que sueñe y nos lleve volando hasta este mundo maravillo donde vive Wurny: El Pantanal. ¿Estás preparado? Entonces presta mucha atención, abre tu imaginación y si lo deseas cierra tus ojos al mismo tiempo para que puedas soñar despierto.
Sé que tienes muchas preguntas por hacer en este momento y yo estoy aquí para responderte. ¿Y sabes qué? Voy a ver si las puedo adivinar: ¿Qué quién es Wurny? Es un pequeño dinosaurio muy gracioso pero a la vez muy refunfuñón. ¿Qué me estás preguntando? ¿Qué es refunfuñón? Un ser que le gusta refunfuñar. ¿Nunca habías escuchado esta palabra? Sí, ya sé, ahora me vas a preguntar ¿qué es refunfuñar? Es una manera de quejarse, pero para un dinosaurio es una forma de gruñir cada vez que se enfada. Por cierto, Wurny en particular refunfuña de una manera muy extraña, cada vez que le molesta algo hace “Guru guru guru”, lo cual puede resultar gracioso, pero a la vez es una alarma para que todos sus amigos y familiares sepan que no está contento.
Hablando de amigos y familiares, creo que lo más prudente y sensato es presentarte a los seres, o mejor dicho dinosaurios, más cercanos a Wurny. Primero vamos a hablar de Papá Gorly, que ya te estarás imaginando que es su padre, un dinosaurio tan gigante que llega a la mitad de los árboles de El Pantanal. Mamá Gadi, que es la madre dinosaurio cariñosa, atenta y excelente cocinera, y a quien todos en casa y quizás en todo El Pantanal, adoran cuando hace un estofado de ramas de manzanita, que hasta se chupan las patas. No podemos dejar por fuera a Gisa, que más adelante les tengo que hablar de ella, porque a pesar de que no ha nacido cuando sucedió esta historia, es una preciosura de dinosauria, pero no pronuncien su nombre muy alto, porque Wurny apenas escucha que dicen Gisa hace “Guru guru guru”.
Testón además de ser su mejor amigo, es su compañero de clases, confidente y compañero de juegos, al que le puede contar todas las cosas que le gustan y las que no le gustan también (seguro que tú también tienes un amigo o amiga así). Y por último el Profesor Raptor, uno de los dinosaurios más veloces de todo El Pantanal y el encargado de darle una asignatura muy especial en el colegio: Deportes.
Volvamos a lo que nos interesa: El Pantanal. Lo más curioso que tiene este lugar es que allí no existen los vehículos, los barcos, los carros, ni siquiera los helicópteros. Para ese entonces la Tierra era un lugar donde no se veían ciudades, sino muchos árboles, pero no cualquier árbol del que conocemos hoy en día; estos eran unos tan gigantescos que si alguno de nosotros se hubiese podido asomar desde abajo, jamás habría logrado ver su final. Tan altos eran estos que se rumoraba en El Pantanal que llegaban hasta el patio de la casa de Dios, y si él necesitaba algunas frutas o verduras, sencillamente salía hasta ahí y las recogía.
Si te imaginas que El Pantanal es un pueblo de dinosaurios, estás en lo correcto, por eso el silencio no era muy conocido por aquella zona, un solo bostezo de un dinosaurio adulto puede aturdir a cualquier ser humano. ¡Imagínate, suena más duro que cualquier maquinaria que hayas escuchado hasta hoy en día! Adicionalmente, casi siempre estaban hablando unos con otros y en el momento que todos callaban era porque estaban comiendo. ¿Qué si quedaban en silencio cuando comían? Para nada, el ruido de las mandíbulas de los dinosaurios masticando las gigantes ramas de los árboles realmente era casi ensordecedor.
Por otro lado, casi siempre se debía escuchar a decenas de dinosaurios bebés, jugando un partido de fútbol en la Sábana Mayor de El Pantanal o corriendo de un lado para otro en las calles de la comunidad. Escucha, para que tengas una idea del tamaño de la pelota que usaban para jugar fútbol, imagina que el alto era tres veces mayor a lo que mide tu papá. Algo grande, ¿cierto? Y el arco donde se marcaban los goles era como un edificio de tres pisos.
Según cuentan en El Pantanal, cada vez que se anotaba un gol en aquellos juegos, el festejo se lograba escuchar hasta en la Luna y evitaban brincar todos a la vez, porque eran capaces de mover toda la Tierra.
Como lo oyes, esta comunidad de dinosaurios es realmente unida, trabajan y se esfuerzan cada día para vivir y ser felices. ¿Tú crees que la comunidad donde vives es así? Aspiro que sí.
Capítulos serie Wurny
Aquella mañana como cualquier día Wurny se paró a escuchar su canción preferida: “Los dinosaurios del este”, la cual brincaba y bailaba sin parar, ocasionando que toda la casa se moviera de un lado a otro. Mamá Gady golpeó la puerta del cuarto fuertemente sin parar y le dijo:
- Wurny, apúrate que vas a llegar tarde a clases. Además tú papá y yo te tenemos una buena noticia para ti.
Wurny sin dejar de cantar le gritó con cariño a su mamá:
- Voy Mamá Gady, solo termina la canción y salgo.
No obstante, Wurny no salió tan rápido. Apenas terminó la canción hizo una especie de ritual que se había convertido en rutina de todos los días: se peinó el pelaje de su cabeza, seleccionó la ropa que iba a usar para ir al colegio y se colocó su perfume favorito de lágrimas de caimán.
Por fin estaba listo, no sin antes verse al espejo, apreciar su ropa impecable y decir:
- ¡Listo! El dinosaurio de El Pantanal más hermoso.
Tomó su maleta del colegio y salió brincando hacia la cocina para sentarse a comer junto a Papá Gorly y Mamá Gady, por cierto unas deliciosas ramas horneadas de caoba, las cuales quedan muy crujientes y exquisitas.
Papá Gorly bajó su cabeza para conseguir en la distancia la mirada de su hijo y le dijo:
- Wurny, debes dejar de bailar tanto en el cuarto hijo, ya no sobrevive ninguno de los adornos que tiene tu mamá. Mira que yo a la casa entro con mucho cuidado.
En eso Mamá Gady lo interrumpe y sonriendo dice:
- Jajaja, sí, “con mucho cuidado”. Antenoche nada más me quebraste el jarrón que me regaló mi mamá en la boda, con tu inmensa cola.
Papá Gorly no puso la mejor de sus caras y expresó:
- Sabes que la casa es muy pequeña para mi tamaño, más bien realizo un gran esfuerzo para entrar y salir.
Wurny sin pensarlo dos veces solamente expresó con malestar:
- Guru, guru, guru.
Mamá Gady le acarició con su gran hocico la cabeza a Wurny y le dijo:
- No le refunfuñes a tu papá, hijo, lo hacemos realmente por el bien de todos. Me encanta tener la casa bonita, sobre todo para cuando vienen tus amigos del colegio. Que está demás decir que son desastrosos. La última vez que vino Testón estuve recogiendo juguetes y cosas hasta muy tarde.
Wurny bajó la cabeza y con un tono más suave le dice:
- Está bien, mamá, sé que no hago las cosas como son, pero apenas soy un niño dinosaurio, discúlpame Papá Gorly y tú también Mamá Gady, trataré de mejorar.
Papá Gorly hizo un gesto de afirmación, junto con una gran sonrisa, demostrando que aprobaba la disculpa que le terminaba de realizar su hijo. Con su voz gruesa y contundente le dijo a Mamá Gady:
- Ahora Mamá Gady el gran momento de darle la buena noticia del día de hoy a nuestro hijo.
Mamá Gady se paró de la mesa, dio una vuelta entera a la misma sonriendo e intercambiando miradas con Wurny, para luego tomar la mano de Papá Gorly y exclamar:
- Querido hijo, eres una parte importante de nosotros, te amamos demasiado, es por eso que hoy te queremos informar que el núcleo de esta familia va a crecer muy pronto.
Wurny arruga la frente como una señal de extrañeza y le responde:
- No entiendo, mamá. ¿Qué quieres decir?
Mamá Gady coloca una mirada muy tierna y tocando un huevo gigante que está en la cocina le dice:
- Queremos anunciarte que en los próximos días va a nacer tu nueva hermanita dinosaurio.
Todos se imaginarán que en ese momento Wurny solamente pudo expresar:
- Guru, guru, guru.
Su cara cambió de asombro a algo que parecía espanto, era como si hubiese visto al peor animal de toda la Tierra.
Mamá Gady puso cara de enojo y le respondió con una sonrisa nerviosa:
- Pero, hijo, ¿por qué te puede molestar que venga tu hermana al mundo?
Wurny se paró de la mesa y exclamó con voz temblorosa:
- ¿Es que no lo entienden? Voy a dejar de ser el consentido de ustedes dos, ahora no seré el centro de atención, sino que todo va a girar en torno a ella.
Papá Gorly lo interrumpe y le dice:
- No va a ser así Wurny, tú siempre serás nuestro hijo amado.
Wurny rompe en llanto y les dice:
- Yo siempre he sido el consentido de la casa, las mejores ramas de manzanita cuando haces tú estofado me tocan a mí, el mejor jugo, los mejores juegos, pero ahora siento que eso va a cambiar para siempre.
Wurny sale corriendo a refugiarse en su cuarto y al mismo tiempo Mamá Gady sale detrás de él, pero Papá Gorly con mucho cariño la frena con su inmensa cola y le dice:
- Tranquila que ya se le va a pasar.
A tan solo cinco minutos de este incidente, suena afuera una alarma: era Petrodactylus, el ave dinosaurio encargada de hacer el transporte al colegio. Wurny, como cualquier niño dinosaurio de su edad, salió de su cuarto cantando y muy contento. Ya había olvidado el incidente de la cocina, de modo que se despidió gritando desde la puerta:
- Me voy mami y papi, voy a la escuela.
¿Te fijaste como el pequeño Wurny ha sido capaz de superar una rabia en apenas unos segundos? Aspiro a que tú también seas así. Todos vivimos un mal momento pero debemos levantarnos, olvidar y sonreír. Adicionalmente la llegada a la casa de un bebé no es un momento de malestar, sino de celebración, pero mejor te sigo contando para que no te fastidies con mi cuento.
Se imaginarán que aquel viaje al colegio era sumamente interesante. Para Wurny era toda una aventura montarse en el lomo gigante de Petrodactylus y poder atravesar de un extremo a otro la inmensidad de El Pantanal.
Un vuelo desde donde se veían todas las casas de la comunidad, los árboles pequeños que apenas se distinguían desde aquella altura, los árboles grandes que solamente se podían visualizar hasta la mitad y, lo más impresionante que tenía aquel vuelo, ver La Gran Laguna, el sitio donde las mamás dinosaurios iban a visitar todos los días, no solamente para lavar la ropa de su familia sino para llevar agua fresca y sana para la casa.
Quizás puedes pensar que aquel viaje era algo inseguro, pero te puedo garantizar que Petrodactylus era un transporte muy estable, tenía bastantes horas de vuelo y la suficiente experiencia como para exigirle a Wurny que apenas al montarse, se colocara su cinturón de seguridad.
También te puedo asegurar que aquellas vista desde lo alto de aquel dinosaurio era espectacular, poder contemplar a las familias de dinosaurios de toda la zona no tenía precio. Patas arriba por todos lados se veían en la tierra saludando a aquellos pequeños dinosaurios que iban a la escuela y desde el cielo todos mostraban sonrisas y sus diminutas patas, como gesto de corresponder aquel saludo y alegría.
Siempre en tierra, junto con el saludo, se escuchaban mamás dinosaurios que exclamaban:
- Dios los proteja, estudien mucho que son el futuro de El Pantanal.
El único momento que podía resultar difícil en aquel vuelo era cuando estaban a punto de llegar al colegio, la cercanía de muchos árboles en esa zona obligaba a Petrodactylus a hacer una maniobra algo diferente. Tenía que colocar sus alas a una cierta inclinación, volteando todo su cuerpo hacia la derecha y en vista de que estaba algo gordito debía meter la barriga y encoger un poco los hombros. Era un momento de tensión para todos los niños dinosaurios que estaban en el vuelo y para los profesores que siempre observaban desde la tierra.
Para Petrodactylus era algo sencillo, una rutina de todos los días, al pasar la aglomeración de árboles se escuchaban los gritos de celebración de los pequeños dinosaurios en el aire y los aplausos de los profesores en tierra. Realmente era todo un espectáculo.
Petrodactylus con nuestro amigo Wurny ya están en tierra firme, han llegado al patio del colegio.
Oye, no quiero despedir este capítulo sin recordarte dos cosas importantes. El primero: el uso del cinturón de seguridad no es solamente una obligación de los dinosaurios, sino hoy en día de todos los seres que habitan en la tierra; y lo segundo: te sonó conocida esa frase de la mamá dinosauria en tierra que decía: “¿Estudien mucho que son el futuro?”. Esto también lo debes escuchar decir mucho hoy en día, ¿o me equivoco?
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Preguntas frecuentes
Wurny es un pequeño dinosaurio muy gracioso pero a la vez muy refunfuñón.
Los personajes son: Wurny, Teston, Profesor, Gisa, Raptor, Girly y Gady
Estamos a la espera de nuevos personajes para los nuevos capítulos, se vienen muchas sorpresas.